
Este ha sido el invierno más caliente de la historia. Las señales son obvias. Estos son los resultados del calentamiento global. No sabia que las consecuencias del estilo de vida capitalista las ibamos a sufrir tan rápido. Esto es "parapelos". Sin embargo, cuando la prensa entrevista a los gringos en la calle, inquiriendo sobre la fresca temperatura de invierno, lo intacto que se han mantenido las montañas de sal y los camiones que las distribuyen, el florecimiento prematuro de los árboles, estos responden con una sonrisa en sus labios emanando una alegría indescriptible. Entienden que es fantástico que las temperaturas invernales sean alrededor de 50 grados. Ahora pueden salir menos abrigados, correr, jugar tennis y disfrutar de las actividades al aire libre de verano. !Genial! !Fantástico! !Tremendo! A véces me pregunto por qué entonces no se mudan al trópico si tanto les molesta el frío. No les cabe en su cabecita de algodón que hace falta el frío en invierno porque es parte del equilibrio climático. Nunca aprendieron en la escuela que las temperaturas invernales deben ser frííías. Y que deben esperar algunos meses para recibir el calor. Pero no, la felicidad es incalculable. Han hecho del mundo un lugar más habitable aumentando las temperaturas de invierno como producto de la contaminación atmosférica de sus compañías capitalistas contaminadoras.
Sin embargo, cuando escuché la noticia del invierno más caliente de la historia me parecía el anuncio de la llegada del fin. Esta noticia la escuché dos días después de enterarme que un gran pedazo de hielo se habia desprendido del Polo Norte. Por poco me daba un ataque al corazón. Pensé que eran las señales de la naturaleza de que algo anda mal, de que lo hemos jodido todo y que hemos abusado de ella como gusto y gana nos ha dado. El planeta Tierra no resiste más el estilo de vida capitalista, la vida de "shopping", de comprar, comprar y comprar y luego lanzar lo que no sirve, lo que está obsoleto a la basura. Los "CD Players" quedan remplazados por los "Ipots". Los video caseteras quedan remplazados por los "DVD players". Los televisores quedan remplazados por los plasmas. Y los carros son renovados de cuando en vez por el modelo del año. A véces me pregunto a donde va a parar todo lo que desechamos. ¿Qué vamos a hacer con tantos productos nuevos, con tantos objetos, con tanta ropa, con tanto carro? ¿Nos lo pondremos de sombrero? ¿Lo lanzaremos al mar? ¿Lo lanzaremos a los ríos? El otro día me enteré que el plan para deshacerse de los aparatos electrónicos obsoletos era llevarlos a un lugar en Africa. Buen plan, !ehh! Tirémos lo que no sirve a Africa. La montaña llegará al cielo en par de años. ¿A quién se le ocurrió tan inteligente idea? Le otorgaría el Premio Nobel.
No solo estamos al día con los productos nuevos, sino que querenos comprar las nuevas residencias, los nuevos complejos hoteleros, los nuevos aparatamentos, las nuevas casas exclusivas. Para esto hay que cortar palos aquí y hayá y listo. Lo que pasa es que nos hemos llenado los ojos con las posesiones. Hemos comprado la idea que valemos lo que tenemos, que mientras más exclusiva y grande sea la casa, mientras tengamos lo último entonces valemos más que el que no tiene. Compramos la idea de la exclusión sin darnos cuenta. Nos olvidamos que toda esta compra, venta y consumismo se traduce en contaminación y calentamiento global.
A esto le sumamos la contaminación que generan los autos, los aviones, los barcos, las compañias, las fábricas, entre otras. Todos estos medios de transporte no han sido inventados simplemente para mejorar la transportación y facilitar accesos, sino para generar dinero. ¿Cuánto generan anualmente las compañías de aviación y los aeropuertos? ¿Cuántos anuncios de televisión promocionando la venta de carros vemos todos los días? Lo que era una necesidad, ahora se convierte en un lujo. Las compañías y las fábricas, ¿para qué son? Para generar un producto que les deje mucho dineroa los propietarios y par de pesos a los tarbajadores de forma que puedan sobrevivir en esta sociedad capitalista. ¿Qué transportan los barcos mayormente? Mercancía. Nuestro mundo está estructurado desde una economía de producción, consumo y generación de dinero. Por eso es que existen los pobres y los ricos, algo que Carlos Marx siempre criticó. Ahh, noo, pero ese era un revolucionario loco al que nunca le hemos hecho caso. Sus palabras han quedado en libros de política e historia, en las discusiones académicas y nada más. En fin, que el mundo está jodío.
Pero a quién le importa, ¿verdad? A quién le importa la contaminación, el rompimiento de la capa de ozono y los desastres natuarles que vendrán como resultado. Lo que importa es el aquí y ahora. A quién le importa lo que le ocurre al planeta Tierra, el lugar que nos alberga, que nos da agua y una tierra de la cual comer, y que fuera de ella no podríamos sobrevivir. ¿A quién le importa? Sin embargo, seguimos teniendo hijos(as) y nos olvidamos que la posilga que estamos haciendo del Planeta es lo que les dejaremos de herencia. Un planeta caliente, insoportable, a fuerza de aire acondicionado, con muertes ante las altas temperaturas, ante la escaces de agua, ante los desastres naturales, ante el hundimiento de la tierra verde luego del derretimiento de los Polos. Si ahora mismo hay miles de animales en extinción a causa de los cambios climáticos, los próximos en desaparecer seremos nosotros.
Foto tomada de Primera Hora