Me levanté un día para enterarme que llevaba un ser retollando en mi vientre. De momento tenía la barriga enorme y corrí hacia la clínica porque "ay, ay, qué dolor, qué dolor, qué dolor", mientras familiares me advertían, "!Por amor a Dios, niña, deja de correr aunque sea en el embarazo que se te va a salir el bebe por entre las piernas!". Le respondí con una cara de no muy buenos amigos. En un abrir y cerrar de ojos allí estaba la niña en mis manos a la que agarraba como si fuera un "hamster" por el pecho y la chica empezaba a llorar. Así que se la dejaba a su padre mientras me iba al balcón a mirar a lo lejos. Pude ver su primera cagada, la cual recogí en una bolsita para observarla bien y verificar que no hubiese irregularidades en su cuerpo. Luego, aparecí en el doctor, donde estube toda la noche desvelada con la niña esperando que me atendieran. Algunos tardíamente comenzaban a enterarse de la nueva miembra de la familia, "se llama Victoria", les decía. Un nombre en español, por supuesto, pero el que nunca utilizaría para una hija. De momento, ay, se me habia olvidado alimentarla con leche materna y trato de enjocicarla en mi pecho. La niña lloraba, se enfermaba, habia que llevarla al médico, se cagaba, habia que limipiarla, sacarle los gasesitos, tomaba sus siestitas, habia que vestirla, mientras todos se arremolinaban en la cama para observarla y decir "Ay que linda la nena". Y yo detestada al venirme toda esta situación repentinamente que ni si quiera me habia dado cuenta que ya era mamá tan jóven. "!Noooo! ¿por qué a mi? !Yo no me meresco esto!, grité".
El sol golpeó mis ojos a través de la rendija de mi ventana en la mañana. Los abrí lentamente y me di cuenta que, uff, todo habia sido un sueño. Me miré al espejo. Me aseguré de que estaba despierta y sonreí. Me veía igual de flaca y sin hinachazones de ninguna índole. Me levanté energizada al tener una nueva oportunidad de hacer lo que quiero en esta vida sin restricciones de ninguna índole. Me puse mi ropa más ceñida, salí a correr y a disfrutar de mi soledad como nuca antes.
1 comentario:
A véces es bueno analizar nuestros sueños pero no darle cabeza por mucho tiempo...
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